La ex Nº1 del mundo perdió la final ante su compatriota Elena Dementieva por 4-6 3-6 y no pudo sumar su primer título del año desde su regreso a las canchas, el duelo duro dos horas y cuatro minutos de juego.

Pese a sus problemas con el saque el domingo, Sharapova se dirige a Flushing Meadows con un ánimo optimista. Tiene garantizado preclasificar para el Abierto de Estados Unidos, avanzando de su actual número 49 en el ranking mundial a las mejores 32 por haber llegado a la final de Toronto.

"Lo que pienso al ir a cada torneo es que seré la campeona y si no estás lista para hacer eso y no estás lista para competir en seis partidos entonces creo que no deberías estar en la competencia", afirmó Sharapova.

"Con cada torneo que he jugado en el verano sentí que estaba comenzando a jugar mejor y acostumbrándome a las canchas duras. Definitivamente progresé durante las semanas, en cada partido sentí que mejoré cuando debí hacerlo y hoy me faltó un poco", señaló.